Els Joglars, 2036 Omega-G

Hacía tiempo que no iba al teatro y leyendo en Internet voy y me entero de que Els Joglars actúa en el auditorio de Roquetas del Mar. Me viene entonces a la cabeza recuerdos de una obra suya, Ubú President, que se estrenó unos años después de representar nosotros con la Compañía de Teatro del Instituto la obra homónima Ubú Rey, del dramaturgo Alfred Jarry. Era púes necesario ir a ver a aquella compañía teatral que despuntó por su agudo sarcasmo del poder establecido. Durante la dictadura era muy fácil y cómodo reírse todos del malo-malísimo de Franco. La cosa cambió cuando había que reírse del PSOE, del PP, de CiU, de todos los politiquillos de turno, de progres y de fachas, de nacionales y nacionalistas, en fin, de todo aquel que se enroscó en el poder tras la dictadura. Y eso es lo que tiene de incomodo Els Joglars; antiguos héroes de la lucha contra la dictadura, ahora proscritos en su propia tierra, Catalunya, por meterse con el gobern, con la Caixa, con la Generalitat y contra todo aquel que se sienta ofendido. Pues si ofenden es que siguen haciendo muy bien su trabajo, el de juglar, el comediante que ridiculiza con sarcasmo a los que están arriba, sin dejar títere con cabeza e incluso ellos mismos.

De hecho, 2036 Omega-G ironiza sobre ellos mismos. Una compañía teatral que lleva en activo 50 tacos, dando y molestando. Y se nos presentan a nosotros mismos en un futuro 75º aniversario, recluidos en un futurista y ruinoso asilo para artistas octogenarios. Caricaturizándose como viejos decrépitos, llenos de achaques y quisquillosos se nos muestran con una voluntad: morir con las botas puestas en el escenario, como Moliere. Eso si. Mientras esto ocurre van dando zablazos cargados de veneno a la Caixa, a Zapatero y su pensionazo, a los progres, a los fachas, a una juventud idiotizada y que habla en lenguaje MSM, a los viejos, a los artistas y otros seres de la farándula, a la tele, al fútbol,... en definitiva: A TODO CRISTO, que es de lo que va esto del Joglars. En su misma linea, con ese regusto suyo inconfundible, con esa ganas de divertirse mientras actúan, viviendo su profesión y en mi opinión, disfrutando cuando se encuentran en el punto de mira da las instituciones políticas, satisfechos por el trabajo bien hecho. Ya sabéis, la formula que nunca falla: reírse de todos y de uno mismo y sobretodo de los que están ahí arriba y si no quieren que se rían de ellos, ya saben, que se bajen.