
Podría citaros restaurantes modernos, cosmopolitas e innovadores, o de cocina tradicional andaluza. Pero basándome en mi experiencia vital, la primera caña y la primera tapa que degusté al llegar a esta ciudad fue en un pequeño bar de Triana, con azulejos cartujanos, donde no colgaba ni
ninguna virgen ni ningún cristo de las paredes y donde la música de fondo era Fito y los Fitipaldis. Al entrar, un fuerte y agradable olor a productos de la tierra deleitaban mis sentidos. Tras una barra de madera en forma de "L" unos ojos claros de una mirada amable me saludaban. Estos ojos pertenecían a Juan Carlos, un salmantino que lleva afincado en Sevilla un "pechá" de años. Dedicó gran parte de su vida a la alta restauración en Hoteles y Restaurantes emblemáticos, y cuando se cansó de todo eso, montó este pequeño negocio. Juan Carlos es un tipo afable, de buena conversación y con un timbre de voz que bien pudiera haberse dedicado a la radio. No tiene problemas ni prisa por aclarar cualquier duda sobre los productos de su negocio y son muchos y muy buenos. Para empezar estamos en un bar donde no se sirve Cruzcampo (si, en Sevilla), ya que tiene una extensa
lista de cervezas de exportación en botella y algunas de grifo (Dios bendiga la Leff Roja de barril). Además también cuenta con una exquisita y natural sidra asturiana. Esto junto a la gran cantidad de quesos asturianos que posee Juan Carlos en carta, me hizo pensar, erróneamente, que nuestro amigo provenía de Asturias. Y hablando de quesos. Qué quesos! Madre mía! Una interminable lista de quesos, la mayoría asturianos, pero también, manchegos, ibicencos, andaluces, franceses, italianos,... y todos colocados en una vitrina, o en botes con aceite, un disfrute para los sentidos. Mi favorito, sin lugar a dudas, La Peral, asturiano, aunque también recomiendo el Pitu al Fugu Rojo, Gamoneu, Roncali, Pata de Mula,...



Resumiendo: Bar Juan Carlos es un sitio donde se bebe bien, se come mejor a un precio muy razonable, donde sentirse como en casa no es nada difícil y tal como es Sevilla, mejor empezar por aquí. Os animo a que visitéis este pequeño pero acogedor rincón de Triana.